En el castellano peruano, nombramos a la colilla del cigarro o a un cigarro a medio fumar, con la palabra pucho, del quechua puch’u que significa sobrante o residuo. Muchos jó- venes de clase media o alta usan el término para hacer referencia a un cigarrillo entero. Ese mismo uso lo aplica Jaime Bayly en su opera prima: “Me va a hacer bien dar una caminata. De paso que aprovecho para fumarme un pucho”. También usa para dar cuenta de algún evento que pueda cubrirse en plazos: “Tranquilo, amigo. Te juro que te voy a pagar, aunque sea de a puchos”.
En Perú, un trome es una persona que sobresale en alguna actividad. Es decir, alguien muy inteligente o muy habilidoso. Las inteligencias son múltiples y un trome es quien posee habilidades y conocimientos en una o más de ellas. A los tromes también se les dice “ya no ya”, chancón, chanconazo o en castellano general, el número uno. Podemos encontrar esta voz en obras como Los cachorros de Vargas Llosa: “Qué trome, Cuéllar, le decía Lalo, ¡aprendan, bellacos!”.
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Jors
Escritor

Aldo Figueroa
“Préstame 10 cocos”, “Este pantalón me costó 100 cocos”. No es que este fruto sea hoy una moneda de uso corriente, al menos no en Perú donde “coco” se usa para referirse al billete de 1 dólar. La razón es simple: la imagen que aparece en el anverso de aquel es la de George Washington, cuyo nombre en castellano es Jorge y, como sabemos, su hipoco- rístico es Coco. Entonces, en el habla popular peruana, decir “Préstame 10 cocos”, equi- vale a decir “Préstame 10 dólares”. Y ya no te rompas más el coco —cabeza en lenguaje coloquial— pensando cuál es el origen del significado de la traviesa palabra.
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Sergio Pastor
Escritor

Rafael Felices
Persona que le pone picante al carácter, a la mirada, que hincha el pecho como gallito de pelea y pechea. El que no aguanta pulgas, pero también el que busca pleitos. El que va siempre con el pie alzado a todo y contra todos. Achorado es el que va por la vida en una revolución extra, el que sueña con furia y se le nota cuando se te viene encima y hasta cuando respira, porque tiene los latidos del corazón a otro ritmo y en otro tiempo, porque —en el fondo— sabe que sólo achorándose conseguirá grandes cosas, un mundo, un universo a la altura de su mirada desafiante.
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Ange Interestelar
Escritor

Pedro Félix Novoa
Gorro con orejeras tejido de lana que protege la cabeza del frío en zonas altoandinas. Esta palabra ingresó al castellano como préstamo lingüístico de la lengua quechua, en la que se designa a la prenda como ch’ullu. La lana que se suele usar para tejer el chullo es de alpaca. Desde el Perú se exporta con frecuencia y su comercialización ha llegado a los mercados de europeos, en los que se usa cada vez más estilizado. Aunque no está clara la documentación prehispánica de este producto bandera, lo que sí se puede confirmar es que es peruano.
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Amable Desconocida
Escritor

Aldo Figueroa
El sabor de nuestra lengua